DE
LOS ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN A OPINIONES Y ORIGINARIOS VISIBLES EN
LA LITERATURA, CON ALGO MENOS DE AFRO DESCENDIENTES Y POCO EN HISTORIA
Cualquiera tiene derecho a opinar, casi sobre cualquier cosa, en una charla de café. Ya es diferente si se hace en un ámbito educativo, porque se supone que conocen la legislación y la cumplen. Pero es entendible que las personas de hace 100 años y más se sintiesen avaladas por la ciencia positivista y por el capitalismo en pleno desarrollo, para negar humanidad a otras personas, con mayor razón si no hace mucho existían zoológicos de seres humanos (https://culturacolectiva.com/…/zoologicos-humanos-el-oscuro…). Hoy y desde la década del 50 del siglo pasado, con la legislación internacional sobre el tema no solo que no es entendible, sino que francamente se trata de delitos. Pero no todos los humanos blancos pensaban de igual forma y, algunos, se encontraban en las antípodas ideológicas de los que veían animales en lugar de originarios. Por si fuese poco existe ya una legislación que se abre paso en relación con los animales. Se imaginan que la protección de los bienes culturales de otras civilizaciones también cuenta con una respetable cantidad de décadas.
Si vemos esta problemática en individuos aislados o muy atrasados educativa mente hablando o en delincuentes que violan derechos humanos es una cosa que puede ser, no ya entendida, pero si posible. Llama mucho mas la atención en personas que se pasan hablando de una educación de punta y de igualdad es de conocimientos irreales. Lo que si se comprende ria es su apuesta a la baja calidad educativa, siempre y cuando no sean acompañados mayoritariamente, por individuos que dicen ser progresistas. Pero la realidad habla por si sola, porque no se observa que algo este cambiando en los últimos veinte años, al contrario a los voceros de las teorías mas reñidas con los derechos humanos se los sigue protegiendo en el sistema educativo.
Solo se nota un cambio de enfoque en los investigadores de la literatura vernácula en relación con las personas de pueblos originarios y un poco menos con los afro descendientes, aunque estos tienen sus propios investigadores y, en algún caso un lugar en universidades. Pero queda mucho camino por recorrer empezando por los propios historiadores que no terminan de reconocer el esfuerzo de originarios, gauchos y afro descendientes en nuestra independencia y mucho menos en el original desarrollo de los cultivos, por personas, que de acuerdo a toda la evidencia documental no conocían, en su gran mayoría, las tareas de labranza en estas tierras (como ya hemos explicado en varias oportunidades). De los profesores de historia también hablamos (ya que una mayoría sigue la fraudulenta historia oficial).
Por todo ello siempre es bueno refrescar este tema de los orígenes de la civilización, esperando que alguno se digne a seguir una vertiente que no sea centro europea, porque tenemos mucho material al alcance de la mano, para elaborar proyectos con la mirada puesta en este sur.
Los orígenes de la civilización es el libro de Vere Gordonw Childe, publicado ewen 1936, donde se plantea el desarrollo prehistórico de las tecnologías como una adaptación cultural a cambiantes ambientes y conflictos sociales. En ese artículo se da un resumen de los contenidos de cada uno de los capítulos de este señero trabajo, que es a su vez un resumen de muchos otros trabajos de investigación, en especial los propios. Aunque unas pocas de sus conjeturas —él mismo aclara en el libro que muchas lo son— han sido desvirtuadas por nuevos descubrimientos, la mayor parte de su meduloso análisis aún sigue siendo válida.
Contenido
Para diferenciarlos del contenido del libro, los comentarios de los redactores se incluyen entre paréntesis.
I. Historia humana e historia natural
Childe discute inicialmente el progreso, concepto que irrumpió triunfalmente a fines del siglo XIX y que se derrumbó con las 2 guerras mundiales del siglo XX y sus catastróficas consecuencias sociales. Señala el error de confundirlo con la multiplicación de los artefactos, de los servicios y de las comodidades modernas cuando hay demasiadas personas que no gozan de sus beneficios o que sufren los perjuicios de la contaminación y de las guerras. Científicamente analizado el progreso es, a su juicio, sólo la evolución histórica de la humanidad mirada desde una perspectiva de largo plazo y planetaria, objetiva sólo si se la despoja de juicios de valor que dependan exclusivamente del punto de vista del opinante.
Señala luego cómo el aumento de información sobre el pasado ha ido ampliando la perspectiva histórica desde los 1.500 años que abarcaba la historia británica y de los 5.000 que abarca la historia de los griegos y romanos —que a él le impartieron en la escuela— hasta llegar a los 500.000 años que incluye la prehistoria de la especie humana. Se establece así un fuerte vínculo entre la visión humanista de la Historia y la visión materialista de ciencias naturales como la Biología, la Paleontología y la Geología, visión abarcadora que impregna toda la obra. Critica el concepto de Historia como
un registro de las intrigas de reyes, gobernantes, soldados y preceptores religiosos, de las guerras y persecuciones, y del desarrollo de las instituciones políticas y los sistemas eclesiásticos. (p. 14.)
En esa visión personalista la prehistoria no es historia porque no puede individualizar a sus protagonistas.
Evoca a Marx cuando insiste en la importancia fundamental de la producción y de los saberes prácticos en la generación del cambio social, visión que incluye de modo natural a la prehistoria y que convierte a la historia en historia cultural. Analiza entonces los medios que usan los historiadores prehistóricos, los arqueólogos, para sacar conclusiones en base a los restos materiales preservados hasta nuestros días: los utensilios, artefactos, armas, viviendas, el modo en que obtenían sus alimentos, monumentos. Esto requiere la combinación de ciencias como la Geología (estratos del terreno y su origen), Química (materiales y la forma en que se obtuvieron), Física (instrumentos de medición de características y procesos sufridos por los restos y la determinación de su antigüedad).
Childe considera que la 1ª etapa cultural (o de organización social) es la de los grupos familiares autosuficientes capaces de obtener por sí mismos todo lo necesario para asegurar su subsistencia y reproducción, sin que para ello sea indispensable la colaboración de otros grupos humanos (aunque haya contacto con ellos). Es la etapa de la agricultura y el transporte elemental, la huerta, los pequeños cercados, las canoas de pesca, los útiles de piedra toscamente tallados (azadas, hachas, morteros...). En esta etapa es imposible la fabricación de un útil complejo como un hacha de bronce que requiere rasgos culturales como especialización laboral y la capacidad de obtención de materias primas de regiones lejanas (medios de transporte, comercio...), rasgos que corresponden a etapas posteriores de "progreso" (véase el capítulo Escalas de tiempo)...
II. Evolución orgánica y progreso cultural
Este capítulo está dedicado a dilucidar las semejanzas y diferencias entre la evolución natural, que modifica los rasgos físicos de los animales, y la evolución cultural, que modifica las costumbres y el entorno artificial que las personas fabrican para adaptarse mejor al medio ambiente. Se incluyen tanto los rasgos físicos que hacen posible esa capacidad tecnológica, como los mentales.
Inicialmente señala rasgos físicos que facilitan la adaptacion de algunos animales salvajes a su medio ambiente: la gruesa lana del carnero lo protege del frío clima de las alturas; los conejos pueden excavar madrigueras subterráneas para protegerse del frío y los depredadores usando su hocico y sus patas; los leones cazan su alimento valiéndose de sus dientes y garras. Las personas prehistóricas, en cambio, se calentaban haciendo fuego y usando abrigos de pieles o lana; construían viviendas con hachas, picos y palas; cazaban sus presas con flechas y lanzas. Childe conjetura aquí que los animales heredan, como instintos, las técnicas para cazar su presa, pero hoy se sabe que el aprendizaje también forma una parte importante (tal vez crucial) de su adquisición (véase, por ejemplo, Wilson SNS). Las personas, en cambio (más bien, en mucho mayor grado), aprenden de las enseñanzas y del ejemplo de sus mayores, al tiempo que heredan el inmenso bagaje de tecnologías de sus predecesores. La diferencia fundamental es que la adquisición de los rasgos corporales depende de un proceso de selección que insume centenares de generaciones, mientras que los artefactos y las costumbres humanas pueden modificarse de modo mucho más rápido, aunque ello requiera vencer una importante resistencia mental al cambio...
III. Escalas de tiempo
Se discute aquí la cronología de las edades discutidas al final del capítulo precedente, comenzando con el problema de comprensión de lapsos de tiempos tan grandes como los involucrados: 340.000 años para los comienzos de la humanidad. La unidad apropiada de tiempo no es el año, ni siquiera el siglo, sino el milenio (entre 40 y 50 generaciones, según la época). Para comprender mejor la escala Childe da algunos hitos históricos y prehistóricos medidos en esa unidad respecto al presente:
-½ milenio: Descubrimiento de América por Colón.
-1 milenio: Reinado de Alfredo en Inglaterra, todavía no invadida por los normandos.
-2 milenios: Los tiempos de Cicerón, en Roma, cuando las Islas Británicas eran casi desconocidas por los europeos.
-3 milenios: No existía Roma, Grecia no se había organizado, la escritura existía sólo en Egipto y el Cercano Oriente, pero la civilización ya había madurado.
-5,5 milenios: En Warka, la Erech de la Biblia en la Mesopotamia asiática, ya había un gran templo.
Son muy anteriores las Edades del Hielo. (En la época de Childe no estaban bien datadas, pero hoy se sabe que hubo un período interglacial entre 390 y 200 milenios atrás, interrumpida por la Glaciación de Riss. Esta duró hasta 140 milenios atrás, con un nuevo período interglacial hasta 80 milenios atrás, cuando comenzó la Glaciación de Würm que se extendió hasta 8 milenios atrás. Hoy vivimos en el período interglacial que empezó entonces.)
Las edades Paleolítica, Neolítica, del Bronce y del Hierro no comenzaron y terminaron al mismo tiempo en todas partes del mundo, pero tuvieron en todas partes un orden similar de sucesión (cuando los europeos iniciaron la conquista de América, en 1492, los aborígenes sudamericanos más desarrollados, los incas, estaban en la Edad del Bronce). La etapa paleolítica fue muy prolongada en todas partes, y perdura todavía en la región ártica (con los inuits, en castellano impropiamente llamados esquimales). Los grupos humanos que iniciaron antes la Revolución Neolítica fueron los de Egipto y la Mesopotamia asiática. Cuando el capitán Cook desembarcó en Nueva Zelanda —en 1769, cuando Gran Bretaña estaba en los albores de la Revolución Industrial— sus aborígenes todavía estaban en la Edad Neolítica. Esto no significa que las personas de diferentes partes del mundo que vivían durante el Paleolítico tuvieran las mismas creencias y organización familiar y social, sólo que sus tecnologías (a veces con grandes variantes de diseño, véase ISBN 9788430660070) tenían eficacias similares...
Childe refuta aquí la generalizada creencia de que un equipamiento tecnológico simple implica una organización social o un sistema de creencias igualmente simple, dando como ejemplo a los arunta de Australia y a los bosquimanos de Sudáfrica. Las etnias más primitivas de la actualidad, aunque su equipamiento sea paleolítico, no son un fiel reflejo de los grupos paleolíticos prehistóricos.
Esta parte de la historia humana abarcó en Europa, el Medio Oriente, el norte de África y los valles fértiles de la India, unos 200.000 años, con rasgos principales muy similares, pero no idénticos. Los grupos humanos eran probablemente pequeños a comienzos y mediados del Pleistoceno, tal vez similares en número a los de simios actuales. Recién hace unos 50 milenios se comienza a tener información más detallada sobre algunos de ellos, los musterienses o neandertales (su exacto parentesco con nuestra especie, el Homo sapiens, todavía es motivo de debate) que habitaban cuevas en los actuales país de Francia y comunidades autónomas del norte de España. En estos grupos se encuentra por primera lo que se considera una característica exclusivamente humana, el culto a los muertos, con entierros ceremoniales. Estos neandertales se extinguieron casi simultáneamente con la aparición de los primeros humanos modernos (Homo sapiens, cuyas migraciones están comenzando a dilucidarse a través de los estudios de ADN). En el centro de Francia, entonces de clima menos inhóspito que en el resto de Eurasia, properaron las culturas auriñaciense y magdaleniense, alimentándose de los entonces numerosos mamuts, renos, bisontes, toros almizcleros, caballos y salmones. En las cavernas donde habitaban quedaron numerosos restos humanos y de sus presas, así como útiles y los residuos de su fabricación...
La agricultura y la ganadería no terminaron con la recolección de productos silvestres, la complementaron. En algunos casos, como la pesca, la recolección continúa hasta nuestros días siendo todavía de enorme importancia para pueblos como los asiáticos y los de las regiones polares. El predominio sobre la recolección hasta su casi desaparición se dio solamente en las comunidades con gran capacidad de generación de excedentes agrícolas acopiables por períodos largos de tiempo, como los cereales, caso en que el trueque permitía obtener con menor esfuerzo productos de la recolección como la miel. Sin embargo, éste es un fenómeno posterior ya que un rasgo esencial de la etapa neolítica es que las comunidades eran mayoritariamente autosuficientes...
VER EN https://cyt-ar.com.ar/…/Los_or%C3%ADgenes_de_la_civilizaci%…
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https://www.academia.edu/…/Los_Origenes_de_la_civilizacion_…
OPINIONES
Lo que es ilegal no entra en la esfera de las opiniones o entra con alguna salvedad o por la vía de la excepción. Cualquiera puede opinar que la Ley no es necesaria o que no se cumple debido a imposibilidades congénitas (fue mal redactada o no era necesaria para el normal funcionamiento de la sociedad).
Recuerdo un incidente de mi vida profesional donde un grupo pensó que se me podía obligar a violar leyes nacionales e internacionales, por aquello de que todo es discutible. Paso a explicarlo: En una escuela oficial surge la inquietud sobre la necesidad de sacar a los alumnos de la rutina escolar, trasladando la clase tradicional del aula a cielo abierto (que de por si no es malo). Un grupo de personas de ese lugar, la mayoría docentes, recoge como probable la posibilidad de una intervención seudo arqueológica en un cementerio de la comunidad originaria del lugar y no quieren entender, que las leyes lo prohiben. No se trata de querer o no querer o de la necesidad de cambiar los parámetros de la clase tradicional, que es algo en lo que podemos estar de acuerdo. Ese eje cambiado en una discusión o debate es lo que impide el debate.
En otra oportunidad se pretendió prohibirme o moderar mis publicaciones legales en redes sociales porque molestaban y un grupo de personas se solidarizaron con otra que mantenía y mantiene actitudes machistas (muchas de ellas violando leyes escritas y no escritas sobre la regulación de las relaciones entre profesores y alumnos y todo ello en el mismo establecimiento). La máxima autoridad docente de la zona era partícipe directo o indirecto de este tipo de expresiones que se iniciaban como un debate (lleno de amenazas directas o indirectas, apoyado por una mayoría de mujeres en los dos casos, que supongo avaladas en una falsa obediencia debida), que pretendía, no ya la obediencia a la ley, sino la obediencia al grupo.
No existía la posibilidad de un debate genuino, porque un grupo, que se sentía legitimado por su pertenencia a los que, transitoriamente, detentaban el poder del estado, se creían avalados por esa circunstancia y respaldados en mayorías, también transitorias. Lo que en su momento se hacía desde posturas de izquierda hoy se puede o se repite desde otras posturas, lo que no habilita, de ninguna manera a quejas fundadas, solo se inscriben en las mismas reglas del debate, donde suele no primar la razón (y si muchas veces la negación o la fuerza). Pero los debates reales son necesarios en la sociedad y desde este lugar tratamos que se puedan realizar dentro de normas reales, legales y de cordura racional.
http://www.ilam.org/…/articulos-destacados/442-los-huaqueros
http://servicios.infoleg.gob.ar/…/70000-749…/74072/norma.htm
LOS PUEBLOS ORIGINARIOS EN LA NOVELA ARGENTINA
La figura indígena en la literatura argentina
Erick Betanzos N. (UNAM). / En la Patagonia del siglo XIX, se llegó a poner precio a las orejas y genitales de los aborígenes, a los que se les cazaba como animales. El nativo de estas tierras era visto por el colonizador, como una criatura salvaje, carente de lenguaje, desprovista de cultura y a veces hasta de sentimientos, que, por ser un bárbaro, era necesario aniquilar. Esta idea dominará la mayor parte de las obras de las literatura argentina del siglo pasado.
Existen, por supuesto, excepciones. La novela "Martín Fierro" de José Hernández o "Una excursión a los indios ranqueles", de Lucio Mansilla, libro que contradice con mayor fuerza ese estereotipo.
Con base en una supuesta colección de cartas dirigidas a un amigo, Mansilla confecciona un relato fascinante sobre su estancia entre los ranqueles, mezcla de los pueblos araucanos, originarios de Chile, con los pampas y mapuches de Argentina. Se trata, en realidad, de un testimonial del primer hombre de origen europeo que penetra de manera pacífica una extensa región de la pampa central, dominada entonces por este grupo étnico.
Lucio Mansilla es un militar al cual se le encomienda la misión de persuadir al jefe de los ranqueles, de firmar un tratado de paz que ponga fin a los recurrentes conflictos bélicos entre los colonizadores blancos y los aborígenes. Será también el primer escritor argentino que verá a los nativos de estas tierras como seres humanos en toda la extensión de la palabra y los reconocerá poseedores de una cultura.
"Una Excursión a los indios ranqueles" revela el esfuerzo de su autor por entender a los indígenas, ubicándose, en ocasiones, en el lugar de ellos. Esta visión, sumada a los recursos literarios desplegados por el escritor, da como resultado una obra compleja e interesante. Por su objetividad, constituye hoy en día un documento valioso para la antropología.
La aventura de Lucio Mansilla reiniciará en el siglo XX, ya no en la árida pampa central sudamericana, sino en "La pasión de los nómades", la novela más reciente de la escritora argentina María Rosa Lojo, quien en el marco de los convenios de colaboración que mantiene nuestra casa de estudios con la Universidad de Buenos Aires, ofreció una serie de conferencias sobre temas de literatura en el Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México.
"La pasión de los nómades", primer Premio Municipal del Buenos Aires, se inscribe en la que se podría llamar "nueva novela histórica argentina". A lo largo de sus páginas, la figura fantasmal de Mansilla se reencuentra con su pasado y sufre un choque violento ante la Argentina de hoy, la cual no corresponde a la nación soñada por la generaciones de finales del siglo XIX, cuando la fe ciega en el progreso hacía suponer que este país se convertiría en una potencia mundial.
En la última década del presente siglo, hay un florecimiento importante de obras que vuelven al pasado argentino para reescribirlo desde ángulos diferentes a los que tomó en muchas ocasiones la historiografía canónica, explica Lojo. Los textos se caracterizan por el uso de técnicas literarias posmodernas: supresión de las categorías de tiempo y espacio, así como la presencia de elementos fantásticos combinados con documentos históricos auténticos.
Dentro de esta revisión general de la historia, la figura del aborigen surge con inesperada fuerza y se replantea su papel en la conformación del país. Porque, como explica la escritora, el sustrato indígena sigue de alguna forma vivo en la cultura argentina, la cual siempre lo negó al autocalificarse de europea.
En las obras de Abel Posse, Sara Gallardo y María Rosa Lojo, entre otros autores, reaparece este elemento cultural, muchas veces excluido de las letras argentinas e incluso borrado del algunas líneas historiográficas. Por ello, la imagen del indígena ha permanecido, hasta ahora, reducida a la categoría de "salvaje" en el imaginario argentino.
La "nueva novela histórica" argentina reelabora el concepto de barbarie, muy utilizado para estigmatizar a quienes no participan de determinadas categorías del mundo occidental. En esta corriente literaria, los verdaderos bárbaros no son los aborígenes, sino quienes impusieron a sangre y fuego la cultura europea.
María Rosa Lojo, doctora en literatura por la Universidad, ha desempeñado una intensa actividad como crítica literaria, novelista, poeta y docente. Dentro de su producción ensayística destaca: "La barbarie en la narrativa argentina del siglo XIX", así como diversos estudios sobre la obra del escritor argentino Ernesto Sábato.
VER EN http://dialogo.ugr.es/anteriores/dial09/34-9.htm
DERECHOS DE LOS ANIMALES
¿POR QUÉ PROTEGER A LOS ANIMALES?
El cuidado y protección de los animales ha sido preocupación permanente desde la antigüedad, con seguridad desde que el hombre se acompañó por primera vez de un animal. Sin embargo, hoy en día esta preocupación responde a una necesidad más consecuente que natural.
Desde el siglo XVII, el mundo comenzó a darse cuenta realmente de las implicaciones de la extinción animal por causa humana, en vista de la desaparición de especies como el pájaro Dodo, el dugong de Steller y posteriormente del tigre de Tasmania y del alca. Si bien la extinción es un proceso natural, numerosos animales peligran por injerencia del hombre y en la actualidad la lista de las especies amenazadas se incrementa continuamente.
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Ahora bien, hay que tomar en cuenta que la tan mencionada protección a los animales incluye a aquellos que viven en estado salvaje y a los que son domesticados. Recientemente han salido a la luz numerosos casos de maltrato animal por parte de empresas, organizaciones e industrias que mantienen una concepción meramente utilitaria de los animales, así como de personas que por diversión o placer ejecutan actos reprobables contra mascotas o animales que viven en la calle.
Ante tal panorama, no hace falta decir que las críticas que reprueban y condenan dichos actos son muchísimos y surgen dos preguntas: ¿qué nos impulsa a proteger a los animales? y ¿de qué sirve protegerlos?
Quizá algunos no lo saben, pero el hombre pertenece al mismo reino que los animales: el reino Animalia. En este sentido, el hombre es un animal aunque especie única y diferente a los animales al entender que el ser humano, homo sapiens, se encuentra en un nivel cognitivo más desarrollado, y por lo tanto nuestra convivencia con los animales implica una calidad moral.
El hombre tiene conciencia de sí mismo y aunque existen estudios que sugieren y demuestran que algunas especies como los chimpancés comprenden el resultado y los efectos de sus acciones, el grado en comparación con el de nosotros es relativamente bajo. Nosotros somos seres empáticos y esto nos permite ponernos en los zapatos del otro, y cuando el otro es un animal que puede ser usado, manipulado o tratado como un ser inferior al hombre, se degrada, irónicamente, la calidad humana de la que tanto se hace énfasis.
De entrada, al establecer el concepto de “protección animal” se asume que somos capaces de dañarlos y necesitamos una regulación que nos impida hacerlo. En muchos países existen normativas con carácter de ley que protegen a los animales pero que pocas veces se cumplen en su totalidad. Por ejemplo, la fracción III del artículo 4 Bis de la Ley de protección a los animales del Distrito Federal de México, dice: “Promover en todas las instancias públicas y privadas la cultura y la protección, atención y buen trato de los animales”. ¿Se cumple esta disposición? Con total seguridad, no. Si acaso, el tema del bienestar y la protección animal es mencionado. No estudiado.
Lee la segunda parte de este artículo y conoce 3 razones primordiales para proteger a los animales.
ARTÍCULOS RELACIONADOS CON ¿POR QUÉ PROTEGER A LOS ANIMALES?
¿POR QUÉ PROTEGER A LOS ANIMALES? PARTE II
VER EN
https://www.bioenciclopedia.com/por-que-proteger-a-los-ani…/
https://www.adn40.mx/…/circo-utiliza-hologramas-en-vez-de-…/
Articulo 1 :Todos los animales nacen iguales ante la Vida y tienen los mismos derechos a la existencia. Articulo 2 :Todo animal tiene derecho al respeto. El humano, en tanto que especie animal, no puede atribuirse el derecho de exterminar a otros animales, o de explotarlos violando este derecho.
Derechos de los Animales
www.deisidro.com › animal_rights
Declaración universal de los derechos del animal
Londres, 23 de septiembre de 1977
Adoptada por la Liga Internacional de los Derechos del Animal y las Ligas Nacionales afiliadas en la Tercera reunión sobre los derechos del animal, celebrada en Londres del 21 al 23 de septiembre de 1977. Proclamada el 15 de octubre de 1978 por la Liga Internacional, las Ligas Nacionales y las personas físicas que se asocian a ellas.
Desde 1998 en esta página figuraba esta afirmación: “Aprobada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO), y posteriormente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU)”, afirmación que, veinte años después, sabemos que no pasa de ser, todavía, un bulo, propagado tanto por ardorosos animalistas como quizá por quienes se deleitan divertidos ante la deriva de estas superestructuras político ideológicas constituidas tras la Segunda Guerra Mundial. (Véase la nota del representante en Baleares del Proyecto Gran Simio, Francisco J. Capacete González, “Declaración universal de los derechos del animal”, dA 2018, 9/3, 143-46.)
Preámbulo
Considerando que todo animal posee derechos,
Considerando que el desconocimiento y desprecio de dichos derechos han conducido y siguen conduciendo al hombre a cometer crímes contra la naturaleza y contra los animales,
Considerando que el reconocimiento por parte de la especie humana de los derechos a la existencia de las otras especies de animales constituye el fundamento de la coexistencia de las especies en el mundo,
Considerando que el hombre comete genocidio y existe la amenaza de que siga cometiéndolo,
Considerando que el respeto hacia los animales por el hombre está ligado al respeto de los hombres entre ellos mismos,
Considerando que la educación debe enseñar, desde la infancia, a observar, comprender, respetar y amar a los animales,
Se proclama lo siguiente:
Artículo 1.
Todos los animales nacen iguales ante la vida y tienen los mismos derechos a la existencia.
Artículo 2.
a) Todo animal tiene derecho al respeto.
b) El hombre, en tanto que especie animal, no puede atribuirse el derecho de exterminar a los otros animales o de explotarlos violando ese derecho. Tiene la obligación de poner sus conocimientos al servicio de los animales.
c) Todos los animales tienen derecho a la atención, a los cuidados y a la protección del hombre.
Artículo 3.
a) Ningún animal será sometido a malos tratos ni actos crueles.
b) Si es necesaria la muerte de un animal, ésta debe ser instantánea, indolora y no generadora de angustia.
Artículo 4.
a) Todo animal perteneciente a una especie salvaje, tiene derecho a vivir libre en su propio ambiente natural, terrestre, aéreo o acuático y a reproducirse.
b) Toda privación de libertad, incluso aquella que tenga fines educativos, es contraria a este derecho.
Artículo 5.
a) Todo animal perteneciente a una especie que viva tradicionalmente en el entorno del hombre, tiene derecho a vivir y crecer al ritmo y en las condiciones de vida y de libertad que sean propias de su especie.
b) Toda modificación de dicho ritmo o dichas condiciones que fuera impuesta por el hombre con fines mercantiles, es contraria a dicho derecho.
Artículo 6.
a) Todo animal que el hombre ha escogido como compañero tiene derecho a que la duración de su vida sea conforme a su longevidad natural.
b) El abandono de un animal es un acto cruel y degradante.
Artículo 7.
Todo animal de trabajo tiene derecho a una limitación razonable del tiempo e intensidad del trabajo, a una alimentación reparadora y al reposo.
Artículo 8.
a) La experimentación animal que implique un sufrimiento físico o psicológico es incompatible con los derechos del animal, tanto si se trata de experimentos médicos, científicos, comerciales, como toda otra forma de experimentación.
b) Las técnicas alternativas deben ser utilizadas y desarrolladas.
Artículo 9.
Cuando un animal es criado para la alimentación debe ser nutrido, instalado y transportado, así como sacrificado, sin que de ello resulte para él motivo de ansiedad o dolor.
Artículo 10.
a) Ningún animal debe ser explotado para esparcimiento del hombre.
b) Las exhibiciones de animales y los espectáculos que se sirvan de animales son incompatibles con la dignidad del animal.
Artículo 11.
Todo acto que implique la muerte de un animal sin necesidad es un biocidio, es decir, un crimen contra la vida.
Artículo 12.
a) Todo acto que implique la muerte de un gran número de animales salvajes es un genocidio, es decir, un crimen contra la especie.
b) La contaminación y la destrucción del ambiente natural conducen al genocidio.
Artículo 13.
a) Un animal muerto debe ser tratado con respeto.
b) Las escenas de violencia en las cuales los animales son víctimas, deben ser prohibidas en el cine y en la televisión, salvo si ellas tienen como fin el dar muestra de los atentados contra los derechos del animal.
Artículo 14.
a) Los organismos de protección y salvaguarda de los animales deben ser representados a nivel gubernamental.
b) Los derechos del animal deben ser defendidos por la ley, como lo son los derechos del hombre.
VER EN
http://www.filosofia.org/cod/c1977ani.htm
https://www.argentina.gob.ar/justiciacerca/protejo-animales
https://www.fayerwayer.com/2019/04/sexta-extincion-especies/
Cualquiera tiene derecho a opinar, casi sobre cualquier cosa, en una charla de café. Ya es diferente si se hace en un ámbito educativo, porque se supone que conocen la legislación y la cumplen. Pero es entendible que las personas de hace 100 años y más se sintiesen avaladas por la ciencia positivista y por el capitalismo en pleno desarrollo, para negar humanidad a otras personas, con mayor razón si no hace mucho existían zoológicos de seres humanos (https://culturacolectiva.com/…/zoologicos-humanos-el-oscuro…). Hoy y desde la década del 50 del siglo pasado, con la legislación internacional sobre el tema no solo que no es entendible, sino que francamente se trata de delitos. Pero no todos los humanos blancos pensaban de igual forma y, algunos, se encontraban en las antípodas ideológicas de los que veían animales en lugar de originarios. Por si fuese poco existe ya una legislación que se abre paso en relación con los animales. Se imaginan que la protección de los bienes culturales de otras civilizaciones también cuenta con una respetable cantidad de décadas.
Si vemos esta problemática en individuos aislados o muy atrasados educativa mente hablando o en delincuentes que violan derechos humanos es una cosa que puede ser, no ya entendida, pero si posible. Llama mucho mas la atención en personas que se pasan hablando de una educación de punta y de igualdad es de conocimientos irreales. Lo que si se comprende ria es su apuesta a la baja calidad educativa, siempre y cuando no sean acompañados mayoritariamente, por individuos que dicen ser progresistas. Pero la realidad habla por si sola, porque no se observa que algo este cambiando en los últimos veinte años, al contrario a los voceros de las teorías mas reñidas con los derechos humanos se los sigue protegiendo en el sistema educativo.
Solo se nota un cambio de enfoque en los investigadores de la literatura vernácula en relación con las personas de pueblos originarios y un poco menos con los afro descendientes, aunque estos tienen sus propios investigadores y, en algún caso un lugar en universidades. Pero queda mucho camino por recorrer empezando por los propios historiadores que no terminan de reconocer el esfuerzo de originarios, gauchos y afro descendientes en nuestra independencia y mucho menos en el original desarrollo de los cultivos, por personas, que de acuerdo a toda la evidencia documental no conocían, en su gran mayoría, las tareas de labranza en estas tierras (como ya hemos explicado en varias oportunidades). De los profesores de historia también hablamos (ya que una mayoría sigue la fraudulenta historia oficial).
Por todo ello siempre es bueno refrescar este tema de los orígenes de la civilización, esperando que alguno se digne a seguir una vertiente que no sea centro europea, porque tenemos mucho material al alcance de la mano, para elaborar proyectos con la mirada puesta en este sur.
Los orígenes de la civilización es el libro de Vere Gordonw Childe, publicado ewen 1936, donde se plantea el desarrollo prehistórico de las tecnologías como una adaptación cultural a cambiantes ambientes y conflictos sociales. En ese artículo se da un resumen de los contenidos de cada uno de los capítulos de este señero trabajo, que es a su vez un resumen de muchos otros trabajos de investigación, en especial los propios. Aunque unas pocas de sus conjeturas —él mismo aclara en el libro que muchas lo son— han sido desvirtuadas por nuevos descubrimientos, la mayor parte de su meduloso análisis aún sigue siendo válida.
Contenido
Para diferenciarlos del contenido del libro, los comentarios de los redactores se incluyen entre paréntesis.
I. Historia humana e historia natural
Childe discute inicialmente el progreso, concepto que irrumpió triunfalmente a fines del siglo XIX y que se derrumbó con las 2 guerras mundiales del siglo XX y sus catastróficas consecuencias sociales. Señala el error de confundirlo con la multiplicación de los artefactos, de los servicios y de las comodidades modernas cuando hay demasiadas personas que no gozan de sus beneficios o que sufren los perjuicios de la contaminación y de las guerras. Científicamente analizado el progreso es, a su juicio, sólo la evolución histórica de la humanidad mirada desde una perspectiva de largo plazo y planetaria, objetiva sólo si se la despoja de juicios de valor que dependan exclusivamente del punto de vista del opinante.
Señala luego cómo el aumento de información sobre el pasado ha ido ampliando la perspectiva histórica desde los 1.500 años que abarcaba la historia británica y de los 5.000 que abarca la historia de los griegos y romanos —que a él le impartieron en la escuela— hasta llegar a los 500.000 años que incluye la prehistoria de la especie humana. Se establece así un fuerte vínculo entre la visión humanista de la Historia y la visión materialista de ciencias naturales como la Biología, la Paleontología y la Geología, visión abarcadora que impregna toda la obra. Critica el concepto de Historia como
un registro de las intrigas de reyes, gobernantes, soldados y preceptores religiosos, de las guerras y persecuciones, y del desarrollo de las instituciones políticas y los sistemas eclesiásticos. (p. 14.)
En esa visión personalista la prehistoria no es historia porque no puede individualizar a sus protagonistas.
Evoca a Marx cuando insiste en la importancia fundamental de la producción y de los saberes prácticos en la generación del cambio social, visión que incluye de modo natural a la prehistoria y que convierte a la historia en historia cultural. Analiza entonces los medios que usan los historiadores prehistóricos, los arqueólogos, para sacar conclusiones en base a los restos materiales preservados hasta nuestros días: los utensilios, artefactos, armas, viviendas, el modo en que obtenían sus alimentos, monumentos. Esto requiere la combinación de ciencias como la Geología (estratos del terreno y su origen), Química (materiales y la forma en que se obtuvieron), Física (instrumentos de medición de características y procesos sufridos por los restos y la determinación de su antigüedad).
Childe considera que la 1ª etapa cultural (o de organización social) es la de los grupos familiares autosuficientes capaces de obtener por sí mismos todo lo necesario para asegurar su subsistencia y reproducción, sin que para ello sea indispensable la colaboración de otros grupos humanos (aunque haya contacto con ellos). Es la etapa de la agricultura y el transporte elemental, la huerta, los pequeños cercados, las canoas de pesca, los útiles de piedra toscamente tallados (azadas, hachas, morteros...). En esta etapa es imposible la fabricación de un útil complejo como un hacha de bronce que requiere rasgos culturales como especialización laboral y la capacidad de obtención de materias primas de regiones lejanas (medios de transporte, comercio...), rasgos que corresponden a etapas posteriores de "progreso" (véase el capítulo Escalas de tiempo)...
II. Evolución orgánica y progreso cultural
Este capítulo está dedicado a dilucidar las semejanzas y diferencias entre la evolución natural, que modifica los rasgos físicos de los animales, y la evolución cultural, que modifica las costumbres y el entorno artificial que las personas fabrican para adaptarse mejor al medio ambiente. Se incluyen tanto los rasgos físicos que hacen posible esa capacidad tecnológica, como los mentales.
Inicialmente señala rasgos físicos que facilitan la adaptacion de algunos animales salvajes a su medio ambiente: la gruesa lana del carnero lo protege del frío clima de las alturas; los conejos pueden excavar madrigueras subterráneas para protegerse del frío y los depredadores usando su hocico y sus patas; los leones cazan su alimento valiéndose de sus dientes y garras. Las personas prehistóricas, en cambio, se calentaban haciendo fuego y usando abrigos de pieles o lana; construían viviendas con hachas, picos y palas; cazaban sus presas con flechas y lanzas. Childe conjetura aquí que los animales heredan, como instintos, las técnicas para cazar su presa, pero hoy se sabe que el aprendizaje también forma una parte importante (tal vez crucial) de su adquisición (véase, por ejemplo, Wilson SNS). Las personas, en cambio (más bien, en mucho mayor grado), aprenden de las enseñanzas y del ejemplo de sus mayores, al tiempo que heredan el inmenso bagaje de tecnologías de sus predecesores. La diferencia fundamental es que la adquisición de los rasgos corporales depende de un proceso de selección que insume centenares de generaciones, mientras que los artefactos y las costumbres humanas pueden modificarse de modo mucho más rápido, aunque ello requiera vencer una importante resistencia mental al cambio...
III. Escalas de tiempo
Se discute aquí la cronología de las edades discutidas al final del capítulo precedente, comenzando con el problema de comprensión de lapsos de tiempos tan grandes como los involucrados: 340.000 años para los comienzos de la humanidad. La unidad apropiada de tiempo no es el año, ni siquiera el siglo, sino el milenio (entre 40 y 50 generaciones, según la época). Para comprender mejor la escala Childe da algunos hitos históricos y prehistóricos medidos en esa unidad respecto al presente:
-½ milenio: Descubrimiento de América por Colón.
-1 milenio: Reinado de Alfredo en Inglaterra, todavía no invadida por los normandos.
-2 milenios: Los tiempos de Cicerón, en Roma, cuando las Islas Británicas eran casi desconocidas por los europeos.
-3 milenios: No existía Roma, Grecia no se había organizado, la escritura existía sólo en Egipto y el Cercano Oriente, pero la civilización ya había madurado.
-5,5 milenios: En Warka, la Erech de la Biblia en la Mesopotamia asiática, ya había un gran templo.
Son muy anteriores las Edades del Hielo. (En la época de Childe no estaban bien datadas, pero hoy se sabe que hubo un período interglacial entre 390 y 200 milenios atrás, interrumpida por la Glaciación de Riss. Esta duró hasta 140 milenios atrás, con un nuevo período interglacial hasta 80 milenios atrás, cuando comenzó la Glaciación de Würm que se extendió hasta 8 milenios atrás. Hoy vivimos en el período interglacial que empezó entonces.)
Las edades Paleolítica, Neolítica, del Bronce y del Hierro no comenzaron y terminaron al mismo tiempo en todas partes del mundo, pero tuvieron en todas partes un orden similar de sucesión (cuando los europeos iniciaron la conquista de América, en 1492, los aborígenes sudamericanos más desarrollados, los incas, estaban en la Edad del Bronce). La etapa paleolítica fue muy prolongada en todas partes, y perdura todavía en la región ártica (con los inuits, en castellano impropiamente llamados esquimales). Los grupos humanos que iniciaron antes la Revolución Neolítica fueron los de Egipto y la Mesopotamia asiática. Cuando el capitán Cook desembarcó en Nueva Zelanda —en 1769, cuando Gran Bretaña estaba en los albores de la Revolución Industrial— sus aborígenes todavía estaban en la Edad Neolítica. Esto no significa que las personas de diferentes partes del mundo que vivían durante el Paleolítico tuvieran las mismas creencias y organización familiar y social, sólo que sus tecnologías (a veces con grandes variantes de diseño, véase ISBN 9788430660070) tenían eficacias similares...
Childe refuta aquí la generalizada creencia de que un equipamiento tecnológico simple implica una organización social o un sistema de creencias igualmente simple, dando como ejemplo a los arunta de Australia y a los bosquimanos de Sudáfrica. Las etnias más primitivas de la actualidad, aunque su equipamiento sea paleolítico, no son un fiel reflejo de los grupos paleolíticos prehistóricos.
Esta parte de la historia humana abarcó en Europa, el Medio Oriente, el norte de África y los valles fértiles de la India, unos 200.000 años, con rasgos principales muy similares, pero no idénticos. Los grupos humanos eran probablemente pequeños a comienzos y mediados del Pleistoceno, tal vez similares en número a los de simios actuales. Recién hace unos 50 milenios se comienza a tener información más detallada sobre algunos de ellos, los musterienses o neandertales (su exacto parentesco con nuestra especie, el Homo sapiens, todavía es motivo de debate) que habitaban cuevas en los actuales país de Francia y comunidades autónomas del norte de España. En estos grupos se encuentra por primera lo que se considera una característica exclusivamente humana, el culto a los muertos, con entierros ceremoniales. Estos neandertales se extinguieron casi simultáneamente con la aparición de los primeros humanos modernos (Homo sapiens, cuyas migraciones están comenzando a dilucidarse a través de los estudios de ADN). En el centro de Francia, entonces de clima menos inhóspito que en el resto de Eurasia, properaron las culturas auriñaciense y magdaleniense, alimentándose de los entonces numerosos mamuts, renos, bisontes, toros almizcleros, caballos y salmones. En las cavernas donde habitaban quedaron numerosos restos humanos y de sus presas, así como útiles y los residuos de su fabricación...
La agricultura y la ganadería no terminaron con la recolección de productos silvestres, la complementaron. En algunos casos, como la pesca, la recolección continúa hasta nuestros días siendo todavía de enorme importancia para pueblos como los asiáticos y los de las regiones polares. El predominio sobre la recolección hasta su casi desaparición se dio solamente en las comunidades con gran capacidad de generación de excedentes agrícolas acopiables por períodos largos de tiempo, como los cereales, caso en que el trueque permitía obtener con menor esfuerzo productos de la recolección como la miel. Sin embargo, éste es un fenómeno posterior ya que un rasgo esencial de la etapa neolítica es que las comunidades eran mayoritariamente autosuficientes...
VER EN https://cyt-ar.com.ar/…/Los_or%C3%ADgenes_de_la_civilizaci%…
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https://www.academia.edu/…/Los_Origenes_de_la_civilizacion_…
OPINIONES
Lo que es ilegal no entra en la esfera de las opiniones o entra con alguna salvedad o por la vía de la excepción. Cualquiera puede opinar que la Ley no es necesaria o que no se cumple debido a imposibilidades congénitas (fue mal redactada o no era necesaria para el normal funcionamiento de la sociedad).
Recuerdo un incidente de mi vida profesional donde un grupo pensó que se me podía obligar a violar leyes nacionales e internacionales, por aquello de que todo es discutible. Paso a explicarlo: En una escuela oficial surge la inquietud sobre la necesidad de sacar a los alumnos de la rutina escolar, trasladando la clase tradicional del aula a cielo abierto (que de por si no es malo). Un grupo de personas de ese lugar, la mayoría docentes, recoge como probable la posibilidad de una intervención seudo arqueológica en un cementerio de la comunidad originaria del lugar y no quieren entender, que las leyes lo prohiben. No se trata de querer o no querer o de la necesidad de cambiar los parámetros de la clase tradicional, que es algo en lo que podemos estar de acuerdo. Ese eje cambiado en una discusión o debate es lo que impide el debate.
En otra oportunidad se pretendió prohibirme o moderar mis publicaciones legales en redes sociales porque molestaban y un grupo de personas se solidarizaron con otra que mantenía y mantiene actitudes machistas (muchas de ellas violando leyes escritas y no escritas sobre la regulación de las relaciones entre profesores y alumnos y todo ello en el mismo establecimiento). La máxima autoridad docente de la zona era partícipe directo o indirecto de este tipo de expresiones que se iniciaban como un debate (lleno de amenazas directas o indirectas, apoyado por una mayoría de mujeres en los dos casos, que supongo avaladas en una falsa obediencia debida), que pretendía, no ya la obediencia a la ley, sino la obediencia al grupo.
No existía la posibilidad de un debate genuino, porque un grupo, que se sentía legitimado por su pertenencia a los que, transitoriamente, detentaban el poder del estado, se creían avalados por esa circunstancia y respaldados en mayorías, también transitorias. Lo que en su momento se hacía desde posturas de izquierda hoy se puede o se repite desde otras posturas, lo que no habilita, de ninguna manera a quejas fundadas, solo se inscriben en las mismas reglas del debate, donde suele no primar la razón (y si muchas veces la negación o la fuerza). Pero los debates reales son necesarios en la sociedad y desde este lugar tratamos que se puedan realizar dentro de normas reales, legales y de cordura racional.
http://www.ilam.org/…/articulos-destacados/442-los-huaqueros
http://servicios.infoleg.gob.ar/…/70000-749…/74072/norma.htm
LOS PUEBLOS ORIGINARIOS EN LA NOVELA ARGENTINA
La figura indígena en la literatura argentina
Erick Betanzos N. (UNAM). / En la Patagonia del siglo XIX, se llegó a poner precio a las orejas y genitales de los aborígenes, a los que se les cazaba como animales. El nativo de estas tierras era visto por el colonizador, como una criatura salvaje, carente de lenguaje, desprovista de cultura y a veces hasta de sentimientos, que, por ser un bárbaro, era necesario aniquilar. Esta idea dominará la mayor parte de las obras de las literatura argentina del siglo pasado.
Existen, por supuesto, excepciones. La novela "Martín Fierro" de José Hernández o "Una excursión a los indios ranqueles", de Lucio Mansilla, libro que contradice con mayor fuerza ese estereotipo.
Con base en una supuesta colección de cartas dirigidas a un amigo, Mansilla confecciona un relato fascinante sobre su estancia entre los ranqueles, mezcla de los pueblos araucanos, originarios de Chile, con los pampas y mapuches de Argentina. Se trata, en realidad, de un testimonial del primer hombre de origen europeo que penetra de manera pacífica una extensa región de la pampa central, dominada entonces por este grupo étnico.
Lucio Mansilla es un militar al cual se le encomienda la misión de persuadir al jefe de los ranqueles, de firmar un tratado de paz que ponga fin a los recurrentes conflictos bélicos entre los colonizadores blancos y los aborígenes. Será también el primer escritor argentino que verá a los nativos de estas tierras como seres humanos en toda la extensión de la palabra y los reconocerá poseedores de una cultura.
"Una Excursión a los indios ranqueles" revela el esfuerzo de su autor por entender a los indígenas, ubicándose, en ocasiones, en el lugar de ellos. Esta visión, sumada a los recursos literarios desplegados por el escritor, da como resultado una obra compleja e interesante. Por su objetividad, constituye hoy en día un documento valioso para la antropología.
La aventura de Lucio Mansilla reiniciará en el siglo XX, ya no en la árida pampa central sudamericana, sino en "La pasión de los nómades", la novela más reciente de la escritora argentina María Rosa Lojo, quien en el marco de los convenios de colaboración que mantiene nuestra casa de estudios con la Universidad de Buenos Aires, ofreció una serie de conferencias sobre temas de literatura en el Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México.
"La pasión de los nómades", primer Premio Municipal del Buenos Aires, se inscribe en la que se podría llamar "nueva novela histórica argentina". A lo largo de sus páginas, la figura fantasmal de Mansilla se reencuentra con su pasado y sufre un choque violento ante la Argentina de hoy, la cual no corresponde a la nación soñada por la generaciones de finales del siglo XIX, cuando la fe ciega en el progreso hacía suponer que este país se convertiría en una potencia mundial.
En la última década del presente siglo, hay un florecimiento importante de obras que vuelven al pasado argentino para reescribirlo desde ángulos diferentes a los que tomó en muchas ocasiones la historiografía canónica, explica Lojo. Los textos se caracterizan por el uso de técnicas literarias posmodernas: supresión de las categorías de tiempo y espacio, así como la presencia de elementos fantásticos combinados con documentos históricos auténticos.
Dentro de esta revisión general de la historia, la figura del aborigen surge con inesperada fuerza y se replantea su papel en la conformación del país. Porque, como explica la escritora, el sustrato indígena sigue de alguna forma vivo en la cultura argentina, la cual siempre lo negó al autocalificarse de europea.
En las obras de Abel Posse, Sara Gallardo y María Rosa Lojo, entre otros autores, reaparece este elemento cultural, muchas veces excluido de las letras argentinas e incluso borrado del algunas líneas historiográficas. Por ello, la imagen del indígena ha permanecido, hasta ahora, reducida a la categoría de "salvaje" en el imaginario argentino.
La "nueva novela histórica" argentina reelabora el concepto de barbarie, muy utilizado para estigmatizar a quienes no participan de determinadas categorías del mundo occidental. En esta corriente literaria, los verdaderos bárbaros no son los aborígenes, sino quienes impusieron a sangre y fuego la cultura europea.
María Rosa Lojo, doctora en literatura por la Universidad, ha desempeñado una intensa actividad como crítica literaria, novelista, poeta y docente. Dentro de su producción ensayística destaca: "La barbarie en la narrativa argentina del siglo XIX", así como diversos estudios sobre la obra del escritor argentino Ernesto Sábato.
VER EN http://dialogo.ugr.es/anteriores/dial09/34-9.htm
DERECHOS DE LOS ANIMALES
¿POR QUÉ PROTEGER A LOS ANIMALES?
El cuidado y protección de los animales ha sido preocupación permanente desde la antigüedad, con seguridad desde que el hombre se acompañó por primera vez de un animal. Sin embargo, hoy en día esta preocupación responde a una necesidad más consecuente que natural.
Desde el siglo XVII, el mundo comenzó a darse cuenta realmente de las implicaciones de la extinción animal por causa humana, en vista de la desaparición de especies como el pájaro Dodo, el dugong de Steller y posteriormente del tigre de Tasmania y del alca. Si bien la extinción es un proceso natural, numerosos animales peligran por injerencia del hombre y en la actualidad la lista de las especies amenazadas se incrementa continuamente.
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Ahora bien, hay que tomar en cuenta que la tan mencionada protección a los animales incluye a aquellos que viven en estado salvaje y a los que son domesticados. Recientemente han salido a la luz numerosos casos de maltrato animal por parte de empresas, organizaciones e industrias que mantienen una concepción meramente utilitaria de los animales, así como de personas que por diversión o placer ejecutan actos reprobables contra mascotas o animales que viven en la calle.
Ante tal panorama, no hace falta decir que las críticas que reprueban y condenan dichos actos son muchísimos y surgen dos preguntas: ¿qué nos impulsa a proteger a los animales? y ¿de qué sirve protegerlos?
Quizá algunos no lo saben, pero el hombre pertenece al mismo reino que los animales: el reino Animalia. En este sentido, el hombre es un animal aunque especie única y diferente a los animales al entender que el ser humano, homo sapiens, se encuentra en un nivel cognitivo más desarrollado, y por lo tanto nuestra convivencia con los animales implica una calidad moral.
El hombre tiene conciencia de sí mismo y aunque existen estudios que sugieren y demuestran que algunas especies como los chimpancés comprenden el resultado y los efectos de sus acciones, el grado en comparación con el de nosotros es relativamente bajo. Nosotros somos seres empáticos y esto nos permite ponernos en los zapatos del otro, y cuando el otro es un animal que puede ser usado, manipulado o tratado como un ser inferior al hombre, se degrada, irónicamente, la calidad humana de la que tanto se hace énfasis.
De entrada, al establecer el concepto de “protección animal” se asume que somos capaces de dañarlos y necesitamos una regulación que nos impida hacerlo. En muchos países existen normativas con carácter de ley que protegen a los animales pero que pocas veces se cumplen en su totalidad. Por ejemplo, la fracción III del artículo 4 Bis de la Ley de protección a los animales del Distrito Federal de México, dice: “Promover en todas las instancias públicas y privadas la cultura y la protección, atención y buen trato de los animales”. ¿Se cumple esta disposición? Con total seguridad, no. Si acaso, el tema del bienestar y la protección animal es mencionado. No estudiado.
Lee la segunda parte de este artículo y conoce 3 razones primordiales para proteger a los animales.
ARTÍCULOS RELACIONADOS CON ¿POR QUÉ PROTEGER A LOS ANIMALES?
¿POR QUÉ PROTEGER A LOS ANIMALES? PARTE II
VER EN
https://www.bioenciclopedia.com/por-que-proteger-a-los-ani…/
https://www.adn40.mx/…/circo-utiliza-hologramas-en-vez-de-…/
Articulo 1 :Todos los animales nacen iguales ante la Vida y tienen los mismos derechos a la existencia. Articulo 2 :Todo animal tiene derecho al respeto. El humano, en tanto que especie animal, no puede atribuirse el derecho de exterminar a otros animales, o de explotarlos violando este derecho.
Derechos de los Animales
www.deisidro.com › animal_rights
Declaración universal de los derechos del animal
Londres, 23 de septiembre de 1977
Adoptada por la Liga Internacional de los Derechos del Animal y las Ligas Nacionales afiliadas en la Tercera reunión sobre los derechos del animal, celebrada en Londres del 21 al 23 de septiembre de 1977. Proclamada el 15 de octubre de 1978 por la Liga Internacional, las Ligas Nacionales y las personas físicas que se asocian a ellas.
Desde 1998 en esta página figuraba esta afirmación: “Aprobada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO), y posteriormente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU)”, afirmación que, veinte años después, sabemos que no pasa de ser, todavía, un bulo, propagado tanto por ardorosos animalistas como quizá por quienes se deleitan divertidos ante la deriva de estas superestructuras político ideológicas constituidas tras la Segunda Guerra Mundial. (Véase la nota del representante en Baleares del Proyecto Gran Simio, Francisco J. Capacete González, “Declaración universal de los derechos del animal”, dA 2018, 9/3, 143-46.)
Preámbulo
Considerando que todo animal posee derechos,
Considerando que el desconocimiento y desprecio de dichos derechos han conducido y siguen conduciendo al hombre a cometer crímes contra la naturaleza y contra los animales,
Considerando que el reconocimiento por parte de la especie humana de los derechos a la existencia de las otras especies de animales constituye el fundamento de la coexistencia de las especies en el mundo,
Considerando que el hombre comete genocidio y existe la amenaza de que siga cometiéndolo,
Considerando que el respeto hacia los animales por el hombre está ligado al respeto de los hombres entre ellos mismos,
Considerando que la educación debe enseñar, desde la infancia, a observar, comprender, respetar y amar a los animales,
Se proclama lo siguiente:
Artículo 1.
Todos los animales nacen iguales ante la vida y tienen los mismos derechos a la existencia.
Artículo 2.
a) Todo animal tiene derecho al respeto.
b) El hombre, en tanto que especie animal, no puede atribuirse el derecho de exterminar a los otros animales o de explotarlos violando ese derecho. Tiene la obligación de poner sus conocimientos al servicio de los animales.
c) Todos los animales tienen derecho a la atención, a los cuidados y a la protección del hombre.
Artículo 3.
a) Ningún animal será sometido a malos tratos ni actos crueles.
b) Si es necesaria la muerte de un animal, ésta debe ser instantánea, indolora y no generadora de angustia.
Artículo 4.
a) Todo animal perteneciente a una especie salvaje, tiene derecho a vivir libre en su propio ambiente natural, terrestre, aéreo o acuático y a reproducirse.
b) Toda privación de libertad, incluso aquella que tenga fines educativos, es contraria a este derecho.
Artículo 5.
a) Todo animal perteneciente a una especie que viva tradicionalmente en el entorno del hombre, tiene derecho a vivir y crecer al ritmo y en las condiciones de vida y de libertad que sean propias de su especie.
b) Toda modificación de dicho ritmo o dichas condiciones que fuera impuesta por el hombre con fines mercantiles, es contraria a dicho derecho.
Artículo 6.
a) Todo animal que el hombre ha escogido como compañero tiene derecho a que la duración de su vida sea conforme a su longevidad natural.
b) El abandono de un animal es un acto cruel y degradante.
Artículo 7.
Todo animal de trabajo tiene derecho a una limitación razonable del tiempo e intensidad del trabajo, a una alimentación reparadora y al reposo.
Artículo 8.
a) La experimentación animal que implique un sufrimiento físico o psicológico es incompatible con los derechos del animal, tanto si se trata de experimentos médicos, científicos, comerciales, como toda otra forma de experimentación.
b) Las técnicas alternativas deben ser utilizadas y desarrolladas.
Artículo 9.
Cuando un animal es criado para la alimentación debe ser nutrido, instalado y transportado, así como sacrificado, sin que de ello resulte para él motivo de ansiedad o dolor.
Artículo 10.
a) Ningún animal debe ser explotado para esparcimiento del hombre.
b) Las exhibiciones de animales y los espectáculos que se sirvan de animales son incompatibles con la dignidad del animal.
Artículo 11.
Todo acto que implique la muerte de un animal sin necesidad es un biocidio, es decir, un crimen contra la vida.
Artículo 12.
a) Todo acto que implique la muerte de un gran número de animales salvajes es un genocidio, es decir, un crimen contra la especie.
b) La contaminación y la destrucción del ambiente natural conducen al genocidio.
Artículo 13.
a) Un animal muerto debe ser tratado con respeto.
b) Las escenas de violencia en las cuales los animales son víctimas, deben ser prohibidas en el cine y en la televisión, salvo si ellas tienen como fin el dar muestra de los atentados contra los derechos del animal.
Artículo 14.
a) Los organismos de protección y salvaguarda de los animales deben ser representados a nivel gubernamental.
b) Los derechos del animal deben ser defendidos por la ley, como lo son los derechos del hombre.
VER EN
http://www.filosofia.org/cod/c1977ani.htm
https://www.argentina.gob.ar/justiciacerca/protejo-animales
https://www.fayerwayer.com/2019/04/sexta-extincion-especies/
culturacolectiva.com
Exhibidos para mostrar un país incluyente, los zoológicos humanos en…
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